viernes, 21 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

A todas las personas que tengan interés por el arte del Renacimiento y su relación con la Navidad les recomiendo que vean este:
Vídeo

Feliz Navidad

                                                Giotto: Natividad

lunes, 10 de diciembre de 2012

Arquitectura del Renacimiento

Interesante vídeo sobre la arquitectura del Renacimiento y la construcción de la Cúpula de Santa María de las Flores encontrado por Cecilia Hernández.

La era de los arquitectos

lunes, 12 de noviembre de 2012

La muerte de Marat

El cuchillo y la pluma
Publicado en el blog Maquinaria de la nube
La mort de Marat, Jacques-Louis David, 1793
Desde hace casi dos meses sufro un prurito considerablemente molesto en varias partes del cuerpo. Ni antihistamínicos ni corticoides han logrado superar el alivio que me produce observar con detenimiento La muerte de Marat, uno de los pocos cuadros de David que realmente me gustan. El médico y diputado revolucionario Jean-Paul Marat (1743-1793) sufría una enfermedad cutánea que apenas aliviaba con prolongados baños de agua caliente. A mediados de 1793 su mal (una dermatitis herpetiforme, según algunos) se había agravado, pero Marat seguía redactando sus artículos para L’Ami du peuple desde la bañera. En ello estaba cuando el 13 de julio una activista girondina llamada Charlotte Corday le hundió un cuchillo en el pecho. Solo un día antes el pintor David –también diputado revolucionario, y ferviente admirador del radicalismo maratiano- había estado visitando al philosophe en su domicilio, interesándose por su estado de salud. Cuando la noticia del asesinato cunde por París, el pintor acepta encantado el mandato político de realizar un lienzo que glorificara a su colega como un mártir de la Revolución. Creo que solo cabe definir esta obra como un mecanismo extraordinariamente preciso y dotado de un enorme poder de persuasión.
La mort de Marat, Jacques-Louis David, 1793. (Interpretación personal y mondrianesca de la composición de la obra)
Giulio Carlo Argan ha analizado con detenimiento la obra y ha puesto de relieve el perfecto equilibrio entre lineas horizontales y verticales, la austeridad de la escenografía (David eliminó innumerables detalles del aposento de Marat, en pos de la simplicidad), el calculado patetismo en la postura del cadaver, el potente efecto de ese vacío indefinido que cubre, como una losa de silencio, toda la mitad superior del lienzo, y sobre todo la concurrencia de una serie de elementos aparentemente accidentales y que el pintor esencializó dotando a la pintura de un fuerte sentido alegorizante. Si la fe católica tenía a sus mártires (esos mismos que los revolucionarios desalojarían poco después de sus hornacinas en Notre-Dame), David no tendría reparo en aplicar su pincel a la tarea de instaurar otros nuevos. Es claramente sintomático el que David se inspirara en una obra como El enterramiento de Cristo, de Caravaggio, para su homenaje.
Deposizione, Caravaggio, 1602-1604
El reciclaje y la cita de motivos son procedimientos corrientes entre los pintores, pero el que David se apropiara del sentimiento de abandono que domina el brazo idealizado de Cristo para reconstruir, a partir de ese fragmento, un desnudo heróico que en poco debió parecerse al del desdichado Marat es, además, como ya hemos dicho, un signo de los tiempos.
El brazo de Cristo según Caravaggio, y el brazo de Marat según David
Pasada la fiebre revolucionaria y napoleónica, el pintor áulico acabaría sus días exiliado en Bruselas. Los jóvenes románticos como Géricault y Delacroix abominarían del estilo clasicista y adocenado de la mayor parte de la obra de David. Solo el pathos concentrado deLa muerte de Marat atravesaría con éxito el siglo XIX. Tras contemplar la obra en enero de 1846, Baudelaire escribió:
El drama está ahí, vivo en todo su lamentable horror, y por una proeza extraña que hace de esta pintura la obra maestra de David y una de las grandes curiosidades del arte moderno, no tiene nada de trivial ni de innoble. Lo más sorprendente en este desacostumbrado poema, es que está pintado con extrema rapidez, y cuando pensamos en la belleza del dibujo, hay para confundir nuestro espíritu. Esto es el pan de los fuertes y el triunfo del espiritualismo; cruel como la naturaleza, este cuadro tiene todo el perfume del ideal . (…) Hay en esta obra algo tierno y desgarrador a la vez; en el aire frío de esta habitación, sobre estos muros fríos, alrededor de esta fría y fúnebre bañera, un alma revolotea. ¿Nos permitiréis vosotros, políticos de todos los partidos, y también vosotros, feroces liberales de 1845, enternecernos ante la obra maestra de David? Esta pintura es un don a la patria afligida y nuestras lágrimas no son peligrosas.
Charles Baudelaire
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Paul Baudry (1828-1886), pintor célebre en su tiempo, logró invertir, por primera vez, los términos del asunto con su revisión del episodio homicida. Marcada en la retina la composición de David, el lienzo de Baudry se caracteriza ante todo por la imposición de un punto de vista sorprendente que deja en evidencia la completa frontalidad del original.
Charlotte Corday, Paul Baudry, 1860
El óleo de Baudry es mucho más agitado y teatral que el de David, incluso en sentido literal, ya que nos deja ver algo así como el lateral de una escena que hasta entonces había estado, plástica y conceptualmente, muy acotada. Baudry recoge en lo fundamental los elementos del original (el turbante, la sábana blanca, el paño de color verde, el tosco escritorio auxiliar), pero la axialidad davidiana ha sido completamente desbaratada. El brazo de Marat ha perdido todo su efecto retórico. Baudry, que a su muerte dejó inacabado un ciclo de pinturas sobre Juana de Arco en el Panteón de París, traslada aquí todo el argumento de la imagen a la asesina, pero, ¿Cumple ésta el papel de heroína o de perturbada? Observemos: al rostro contraído y ligeramente mezquino del político se opone el gesto bien iluminado, preclaro, de Corday mirando al infinito, como si cobrara plena consciencia de la justicia histórica de su acto. Baudry está ensayando un tema predilecto en el arte y la literatura de las décadas inmediatamente posteriores: la mujer poderosa y peligrosa, lafemme fatale. Edvard Munch retomaría a su vez el tema, pero integrándolo, con originalidad, en sus obsesiones. Ninguna deuda tiene con Louis David esta asesina de aspecto núbil que nos mira como una nueva Salomé o como una Judith impávida ante la agonía de Holofernes.
La muerte de Marat, Edvard Munch, 1907
La capacidad de subvertir el discurso davidiano tiene su punto álgido con esta obra. Y entretanto se acercaban el cine y la fotografía, enfants terribles que también quisieron fagocitar aquel trasnochado cuadro de David. Abel Gance inauguraría la incansable reconstrucción cinematográfica de la muerte de Marat en ese film absolutamente genial y excesivo que es Napoleón (1927), colocando nada más y nada menos que a Antonin Artaud en el papel de Marat.
Antonin Artaud en el papel de Marat en Napoleón, Abel Gance, 1927
Por su parte, no parece que los fotógrafos se hayan interesado por otra cuestión que no sean las notables cualidades plásticas del lienzo de David. En la red pueden rastrearse numerosas recreaciones fotográficas del original, imágenes donde, posmodernamente, renace ese anhelado rito de apropiación y recreación sobre el que se articula toda la fotografía pictorialista.
The death of Marat, Gavin Turk, 1998
Marat series, Beth Dubber, 2006
Marat by David revisited, Jean-Daniel Beley, 2008
Algunas de estas imágenes son hermosas, pero poca relevancia encuentro ahora a la metamorfosis de Marat en un cuerpo de mujer, o la transformación de la famosa nota escrita en un pc portátil. Sin embargo, cuando en un principio comencé a observar el óleo de David me llamó la atención un detalle perfectamente evidente, pero en el que, torpe de mí, no había reparado en todos estos años. Acudí a Argan y comprobé que este ya destaca el peso específico que el cuchillo y la pluma guardan en la zona inferior del lienzo: es ahí donde reside la mayor densidad alegórica de la obra. El cuchillo homicida descansa abandonado por su portadora que se ha esfumado de la escena. La pluma permanece aún derecha en la mano de un Marat agonizante. Manifiesto pictórico de la ética davidiana: el instrumento de la barbarie no prevalecerá sobre la razón y la labor revolucionaria.
La mort de Marat (detalle), Jacques-Louis David, 1793
En realidad, ha sido el siglo XX el que ha propiciado la revisión más profunda del mito maratiano, pero no de la mano de la pintura, la fotografía o el cine, sino desde la literatura. En 1963 Peter Weiss (1916-1982) publica una obra de teatro titulada Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat representado por el grupo teatral del hospicio de Charenton bajo la dirección del Señor de Sade, que posteriormente sería conocida internacionalmente como Marat/Sade gracias a una versión cinematográfica dirigida por Peter Brook en 1967. La pieza, que fue abiertamente admirada por intelectuales como Susan Sontag, planteaba un brillante duelo entre la defensa de la causa general revolucionaria por parte de Marat y la reivindicación del hedonismo y el individualismo aristocrático por parte del Marqués. Según Weiss, ambos intelectuales habían convertido el acto de escribir (la pluma) en una causa vital, pero divergente: para Marat, la destrucción de los estamentos que impiden la liberación de las masas; para Sade, la aniquilación de los preceptos morales que lastran el placer en todas sus formas, incluido el sometimiento y el dolor. Con Weiss la dialéctica de oposición y contraste entre el cuchillo y la pluma de David perdía consistencia enfrentando aquel núcleo dialéctico a un nuevo nucleo dialéctico y contracultural muy propio de los años 60: Psicoanálisis y Marxismo, ¿Es el enfermo el individuo, o lo es acaso el sistema?. He aquí la riqueza de la obra: el ejercicio artaudiano y brechtiano de Weiss planteaba cuestiones fundamentales, pero estaba ejemplarmente exento de proclamas unívocas.
La lectura de cualquier manual de historia actual acerca de la Revolución Francesa tiene un efecto directo sobre esa zona aparentemente marginal del lienzo de David donde descansan el cuchillo y la pluma: los contornos se desdibujan. Nadie dudará que el cuchillo fue instrumento de muerte, mas de una sola muerte. Y nada más que una pluma fue el instrumento con el que Marat acusó a sus enemigos, es cierto, pero también elaboró con ella las listas negras de la infame Masacre de Septiembre de 1792, y con ella firmó y sancionó innumerables sentencias de muerte. El mismo David estampó su firma en el documento que llevó al cadalso a Luis XVI. Isidro Ferrer y Nicolás Sánchez supieron acrisolar todas las contradicciones diseñando un brillante poema visual de regusto brossiano para el cartel de Marat/Sade en la reciente puesta en escena de la compañía Animalario y el Centro Dramático Nacional: la prosa de Sade como una sarta de cuchilladas en el vientre de la moral; la pluma de Marat como instrumento de muerte. No una armonía de contrarios sino la escisión viva y la terrorífica libertad del individuo frente a su propio destino y el del mundo en el que vive.
Cartel para Marat/Sade, producción del Centro Dramático Nacional, Isidro Ferrer y Nicolás Sánchez, 2007
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La mort de Marat (versión del Louvre) según sus protagonistas, en Youtube
Marat/Sade según Animalario
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sábado, 6 de octubre de 2012

Laocoonte y sus hijos.

La Escultura Griega. Etapa Helenística.

La Escultura Griega. El Clasicismo

La Escultura Griega. Características generales. Etapa Arcaica.

El Arte Griego. La Arquitectura

El Arte Griego

sábado, 7 de julio de 2012

Exposiciones


Recomendaciones de Descubrir el Arte:
No sabemos si por casualidad o tétrica premeditación, Caixafórum Madrid ha conseguido reunir en sus salas a dos de los artistas más retorcidos y ciertamente incomprendidos en su época por su capacidad de alterar la realidad y crear un mundo propio, fuertemente onírico pero basado en el equilibrio clásico renacentista. William Blake se une a Piranesi con una muestra de sus apasionadas escenas que mezclan mito, religión e invención con una buena carga de romanticismo. Con esta presentación parece que ya está bien planteado el calendario expositivo para este verano (pocas sorpresas nos encontraremos a partir de ahora, al menos en lo que a inauguraciones se refiere) y la oferta que tenemos delante no podía ser más rica y variada.
William Blake
Madrid – Caixaforum. Hasta el 21 de octubre.
La colección de obras que CaixaForum trae a Madrid tiene la contundencia suficiente como para ofrecer un retrato completo de las obsesiones íntimas de Blake. La mayor de ellas giraban en torno a la religión, y cómo ésta se relaciona con la libre voluntad del ser humano. No olvidemos que el artista convivió, en el siglo XVIII, con las corrientes depensamiento ilustrado; Su relación con el empirismo fue especialmente compleja, por considerar que el dominio excesivo de la razón podía llegar a ser opresivo. No es de extrañar, dada su tendencia a la evasión pictórica y a la fantasía. Creó todo un universo mitológico propio, basado en el imaginario cristiano pero con ensoñaciones y criaturas surgidas de la libertad de su mente alterada. (ver William Blake, romanticismo visionario)
Comunes intereses unieron al pintor Bartolomé Esteban Murillo y al canónigo Justino de Neve, uno de los grandes protagonistas de la vida eclesiática sevillana de mediados el siglo XVII, fundador de varias de las instituciones caritativas más destacadas de la ciudad. Murillo era ya, en 1655, el pintor más prestigioso de Sevilla. Organizada en colaboración con la Fundación Focus-Abengoa de Sevilla y la Dulwich Picture Gallery de Londres, próximas paradas de la exposición tras su cierre en el museo madrileño -en octubre y febrero, respectivamente-, reúne un conjunto de obras que raramente pueden verse juntas, dado que corrieron diversas suertes hasta acabar muchas de ellas integradas en colecciones particulares no expuestas al público. (ver Murillo regresa a casa)
Torres y Rascacielos
Barcelona – Caixaforum. Hasta el 9 de septiembre
La sed de altura ha sido, desde antiguo, una constante del ser humano. Desafío técnico por antonomasia, el rascacielos es además un emblema de poder de sus promotores y un referente de la transformación social y económica de las civilizaciones. Esta exposición repasa en Barcelona el mito de la construcción de torres desde Mesopotamia hasta el día de hoy. En la revista (número 161, julio) podéis encontrar un fascinante reportaje sobre el tema, a cargo de Mercedes Peláez.
El cartel moderno europeo
Malaga – Museo Picasso. Hasta el 16 de septiembre
Aunque la publicidad hunde sus raíces varios siglos atrás, el desarrollo del cartel moderno ilustrado está ligado a las grandes ciudades industriales. El epicentro del fenómeno tiene lugar en París, centro cultural del mundo a mediados del siglo XIX. Artistas como Jules Chéret y Toulouse-Lautrec realizan trabajos publicitarios de bajo rango desde el punto de vista del prestigio académico pero que, paradójicamente, acaban convirtiéndose en sus imágenes más reconocidas. Los movimientos de vanguardia también se encuentran representados con personalidades muy destacadas como Vladimir Lébedev, Alexandr Ródchenko, Gustav Klucis, Man Ray o Fortunato Depero.
El último Rafael
Madrid – Museo del Prado. Hasta el 16 de septiembre
Investigar las propias colecciones y divulgar los nuevos hallazgos: ésas son dos de las funciones esenciales del museo moderno y eso es lo que ha hecho el Museo del Prado con el arte último del gran pintor y arquitecto renacentista italiano Rafael (Urbino, Roma 1483-Roma, 1520). La muestra, la primera dedicada a los años finales de Rafael y que está compuesta por un importante conjunto de obras: 40 pinturas, cerca de 30 dibujos, un tapiz y un candelabro Borghese, pretende cumplir con un triple objetivo: ordenar cronológicamente la obra del artista, indagar en su prolífica variedad de estilos e investigar el papel de su taller en la producción de sus cuadros, especialmente en el caso de sus discípulos más cercanos, Giulio Pippi y Giovanno Francesco Penni. (Ver El Museo del Prado investiga el genio maduro de Rafael)
Edward Hopper
Madrid – Museo Thyssen-Bornemisza. Hasta el 16 de septiembre
Esta ambiciosa muestra supone un repaso cronológico y temático a la obra de Hopper, con sesenta trabajos que incluyen las conocidas obras del pintor que conserva el museo madrileño, como “Habitación de hotel” (1931). Sus cuadros, grabados en el subconsciente colectivo, son verdaderos iconos de la vida moderna americana de la primera mitad del siglo XX. Su extraordinario talento para dar carta de epopeya a los asuntos cotidianos y transmitir sentimientos tan sutiles como la melancolía hacen de su obra una crónica pictórica, con sus luces y sus sombras, de ese American way of life a la medida de la que, con palabras, inmortalizaron contemporáneos como Faulkner y Scott Fitzgerald.(VerHopper: la quiebra de su coraza)
Goya. Estampas de invención
Bilbao – Museo de Bellas Artes. Hasta el 23 de septiembre
El maestro de Fuendetodos trazó con el buril los grabados originales -llamados “de invención”- más famosos de la historia de la pintura: Los Caprichos, Los Desastres de la GuerraLa Tauromaquia y Los Disparates. El Museo de Bellas Artes de Bilbao muestra las cuatro series completas desde hoy hasta el 23 de septiembre. Las tiradas corresponden a impresiones tempranas: Primera edición (los Desastres, una parte de los Disparates), cuarta (La Tauromaquia) y quinta (Los Caprichos). (Ver La brutal mirada de Goya)
PhotoEspaña
Madrid – Varias sedes. Hasta el 22 de julio
La XV edición del Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales explora la paradoja de la confusión entre los fenómenos culturales locales y universales, en el caos del arte globalizado. La imagen fotográfica será explorada en todas sus formas, implicaciones e iconos. (ver PHotoEspaña empieza a disparar)
David Hockney: Una visión más amplia
Bilbao – Museo Guggenheim. Hasta el 30 de septiembre
La exposición del artista británico ha levantado ampollas en el mundo de arte, al subvertir la tradicional consideración de pintura, puesto que se trata de imágenes electrónicas ensambladas visualmente, como si de un lienzo se tratara. Es lo que el artista ha bautizado como pintura electrónica, de potente cromatismo y atractivo mediático. Con esta muestra, que se pudo ver antes en la Royal Academy de Londres, el debate está servido. (Ver David Hockney, de la tela al píxel)
Las Artes de Piranesi
Madrid – Caixaforum. Hasta el 9 de septiembre
El enigmático universo de las prisiones del genial grabador Giambattista Piranesi, a medio camino entre lo real y lo imaginado, cobra vida literalmente en esta exposición, que reconstruye, por medio de tecnologías 3D y de la recreación de algunas piezas y estructuras arquitectónicas, los escenarios carcelarios del siglo XVIII del artista italiano. Todo para acompañar al verdadero quid de la cuestión:  la feliz reunión de 300 de los grabados de Piranesi, en los que confluyen magistralmente las facetas del autor como arquitecto, ingeniero, vedutista, diseñador y anticuario. (Ver La materia imposible de Piranesi)

sábado, 30 de junio de 2012

Google Earth te lleva al Prado

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Prado-Hermitage, arte compartido

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Sorolla, la mirada mediterránea

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Sorolla, una mirada científica

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El Pantocrator de Sant Climent de Taüll

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Joaquín Sorolla

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La Alhambra

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Hopper, el tiempo detenido

ATOPÍA. Arte y ciudad en el siglo XXI

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Portlligat y Salvador Dalí

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Las "Pinturas Negras" de Goya

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miércoles, 20 de junio de 2012

miércoles, 13 de junio de 2012

Interesante material videográfico de las obras del bloque B

En el blog de Amparo Santos hay un interesante material videográfico de las diez obras del bloque B.
Este es el link
Material videográfico